domingo, 4 de abril de 2010

Pasajeros de la seducción

En letra impresa, un nuevo, frágil y precario pedazo de sí mismo dibuja con palabras el autor cotidianamente.
¿Un tesoro? ¿Un disparo de actualidad? ¿Sed de cultura? ¿Sed de amor? ¿Sed de aventura? ¿Qué exposición de la hermosura madura en su pensamiento?
Entre palabras, todos somos pasajeros de la seducción, viajeros de la ruta del destino, de travesías desiertas tierra adentro y de fondos marinos llenos de ahogados, autores de la historia entre pucheros, cómplices de Poe y de Cervantes aunque no los hayamos leído, héroes de un mundo de ensueño que muestra a su protagonista callejeando sin escrúpulos entre la libertad y la esclavitud, que no sabe si el canto del jilguero le llega de ultratumba o de la eternidad.
Entre el gozo y el dolor, el alma se armoniza en la diferencia y en el carácter enigmático de la gran mascarada. No le queda otro camino.