viernes, 21 de mayo de 2010

Construir una obra

Al ser humano los grandes asuntos de hoy le demandan vidas públicas, vicios privados.
Construir una obra sobre el ser humano, no desde el dogma, sino desde la creación, implica trabajar en la propia leyenda negra, entre la luz y la penumbra, desde el cuerpo hasta la red de sentimientos, con elementos autobiográficos y los trastornos en la frontera de la muerte.
Más allá de los límites, un mundo de turbiedades en un paisaje que envejece frente al horizonte de la mar océana, un diálogo entre el arte de la crisis y la lección más fácil, la autenticidad, emoción y sabiduría para llegar a la sustancia, el atrevimiento a expresar las propias raíces.
La amenidad del escritor, deudor de la soledad, está en pasar revista a sus inquietudes profundas, con una mirada implacable y aguda, con lúcida melancolía, como si estuviera en un gabinete de historia natural o en un laboratorio químico.