miércoles, 7 de abril de 2010

La Visión de España

La visión de España para aquellos que se autodenominan nacionalistas –sean del rincón paisano que sean-, es como una colección de libros de viaje para japoneses que sólo saben decir olé en las diversas lenguas de esta nación.
Cada una de ellas es el relato autobiográfico reinventado por la imaginación personal del autor que trata de explicarse las tormentas de su propia alma,
En un extremo de Europa, con una historia de pasión y gloria, de horror y de humor, de mezquindad y transgresión solidaria, algunos la explican desde el lenguaje del fanatismo, otros desde la memoria fría, bajo la luz del juego del tenorio o del viaje del Quijote, como una aventura salvaje y real en el canto cotidiano, reivindicando lo público como una obra interminable.
Nadie la aborda como la búsqueda de una verdad cuya responsabilidad ética es las cosas como son, explicando que, como todas las acciones humanas, en la búsqueda de la perfección han conocido todas las gradaciones de luz que alcanzan el fango de la muerte y, sólo, el esplendor de la gloria de unos pocos.
El rastro de lo que muchos se han atrevido a soñar, no se recupera de las heridas infligidas por unos y por otros, incluso de las recibidas por la cobardía de los mismos soñadores.
La visión de España casi siempre es la narración de una vida de otros en la cual la pasión es nuestra, supervivientes con doble sentido, pues nuestra mirada es errante de lo táctil a lo sonoro, de la tradición más cerril al mestizaje más futurista.