martes, 30 de marzo de 2010

Aulla el lobo

Como todos los de su estirpe, el lobo muestra su obsesión de artista aullando a la luna. La inocencia de la imagen nos proporciona alegría de vivir en tiempos duros.
Aúlla el lobo para marcar su territorio. Pero, sobre todo, aúlla para hacerse reconocer por su manada.
Un mundo duro, lleno de rencores y venganzas, basado en señas de identidad más allá de felices desolaciones, gobernado por los tecnócratas liberales del FMI, desolación del corazón.
Las pesadas columnas del templo, símbolos del paso del tiempo, son un lastre suspendido sobre el hombre en los días que todo va bien.
Pasarán los principales, los poderosos, con sobresaltos y dolores,... cuando lloren los toros bravos y el tiempo se detenga alejado del dolor humano.
Uno contra todos –cada uno quiere ser libre-, la misma sombra, la sombra salvaje del Quijote, en compañía de mitos y más allá de las banderas.
El cambio de decorado, una España, un mundo sin prejuicios, que celebrará el cuerpo y cuya mente no se extrañará ante el forastero con la coartada del desamor.
El amor, como lo primero tras la vida.
Abanico de expectativas, variaciones de un viaje interior entre la literatura, las ciencias y la vehemente defensa de la pasión por una ética del bien común contra la masificación y el aliento individual del capitalismo.
Recordar en todo instante el infinito que nos aguarda en las huellas del viajero que, con reveladoras cicatrices, pierde la cabeza por encima de pasiones de usar y tirar.
Risa ininterrumpida entre lo experimental y el realismo, si de verdad fuera escritor.

1 comentario:

  1. Enhorabuena,Antonio:
    No nos queda más remedio que "modernizarnos"..Todavía no me manejo en éste terreno de los blogs,pero iré intentándolo..Te felicito por tu primer Artículo,profundo,y entendedor al tiempo. Que sigas aullando para enriquecimiento de tod*s.Buenos Días y gracias.

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